Stef Uribe: La elegancia de perseverar
- Karla Oviedo

- 22 oct
- 4 Min. de lectura
“En la vida puedes elegir: Ser un toro bravo y luchar por tus sueños, o ser manso y rendirte. ¿Qué vas a elegir para tu vida?” Con esta convicción, Stef Uribe nos invita a conocer su historia: Una vida que transita entre la moda, el ruedo y la dirección de una clínica, siempre bajo la misma filosofía que la define: la perseverancia como verdadero lujo.

No hay titubeo posible: Stef Uribe es una leyenda viva del arte en el rejoneo mexicano. Una de esas mujeres que parecen tener más de 24 horas en el día. Diseñadora de modas egresada de la Anáhuac, con estudios en Milán, rejoneadora y directora del Centro Integral de Cancerología (CIC) en Toluca, Estado de México, ha hecho de la perseverancia su filosofía de vida.
Su historia como creadora comenzó en pandemia, cuando diseñó faldas de paliacate para recaudar fondos benéficos; un gesto que marcó el espíritu de la marca, Zotoluca: Crear con propósito. Para ella, la moda es un vehículo de seguridad, porte y elegancia que empodera a quien la porta.
En el ruedo, con su traje blanco en la Plaza México, convirtió la adrenalina en arte. Entre caballos, telas y pacientes, Stef encuentra un mismo hilo conductor: la conexión humana. “La vida es corta, hay que disfrutarla hoy mismo”, repite, convencida de que el éxito está en vivir plenamente cada faceta.

Entre Milán y la Plaza México, Stef Uribe ha trazado una trayectoria única: diseñadora de modas y rejoneadora, combina elegancia, riesgo y propósito. Inspirada en viajes, colores y en el porte del caballo —símbolo de fuerza y conexión—, sus diseños evocan poder y sofisticación. En el ruedo, defiende la poesía del toreo como arte en movimiento.
Elegancia y bravura parecen mundos opuestos, pero en Stef conviven con naturalidad. Su historia encarna una visión femenina donde la perseverancia es sinónimo de estilo. Zotoluca nació con un gesto altruista, recordando que la moda también puede transformar y sensibilizar.
Moda, rejoneo y liderazgo
Su inspiración se nutre de viajes y colores, pero también de la intensidad del ruedo. Allí, como la única mujer rejoneadora en México, Stef carga con la responsabilidad de representar a las mujeres en un entorno profundamente arraigado en la tradición masculina. “Me siento muy orgullosa de representar a las mujeres en el ruedo y de poder hacerlo bien, ayudando a la gente que lo necesita.” La adrenalina ha sido parte de su esencia.
El día que debutó en la Plaza México, con un traje blanco, sintió que los sueños pueden vivirse con el alma entera. “El toreo es una forma de expresión, una danza entre riesgo y belleza, poesía que se expira con el cuerpo y con el alma. Es poesía en movimiento.”, explica con la certeza de quien ha hecho de la valentía una forma de expresión.
En paralelo, desde hace cuatro años Stefanía dirige una clínica oncológica, un reto inesperado que llegó durante la pandemia. Ha sabido liderar con visión administrativa y sensibilidad humana, construyendo un equipo sólido en el que cada especialista brilla en su área. Los pacientes han transformado su manera de ver la vida: “Me han enseñado a valorar lo esencial, a no quejarme por banalidades y a disfrutar cada día con gratitud.” Para ella, la verdadera medicina también está en el ánimo, en la alegría de un baile o en compartir momentos de risa que alivian el alma.
Stef sabe que la vida no es fácil, pero tampoco busca facilidades. “¿Qué quieres de tu vida? ¿Ser toro bravo y luchar por tus sueños, o ser manso y rendirte?” Ella eligió ser toro bravo: perseverar y equilibrar sus muchas vidas —la moda, el ruedo, la clínica y la familia— con disciplina y pasión. “Nada es fácil en la vida, pero si tú te comprometes contigo, la perseverancia lo es todo.”

Una mujer que inspira
Hoy, Stefanía representa a una nueva generación de mujeres que equilibran tradición y modernidad, riesgo y ternura, fuerza y sensibilidad. Sus diseños hablan de seguridad, su rejoneo de arte y valentía, su liderazgo en salud de empatía y humanidad.
Stef lleva consigo la responsabilidad de representar a las mujeres en un entorno profundamente arraigado en la tradición masculina. Lejos de verlo como presión, lo asume con orgullo. Representar a las mujeres en un ruedo no es solo un desafío personal: es abrir espacio para otras que sueñen con conquistar tradiciones que parecían intocables.
Admitiendo que de niña la paciencia nunca fue su fuerte. Su vida, marcada por el rejoneo, los estudios y los retos profesionales, la obligó a cultivar una virtud que antes le parecía inalcanzable: la constancia. En cada diseño, en cada faena y en cada decisión como directora de su clínica, reafirma su visión: la vida se honra luchando por lo que importa.
El ruedo le recuerda la valentía; la moda, la importancia de lo que comunicamos con nuestra presencia; y sus pacientes, la gratitud por lo esencial. Stef Uribe no sólo ha construido un camino poco convencional: con cada paso reafirma que la perseverancia es, en sí misma, el verdadero lujo.


KVO





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